Llegamos este domingo al último del tiempo ordinario. Es
el domingo de CRISTO REY- CRISTO es REY del universo, aunque entonces y
ahora haya quien opte por burlarse de él.
Este viernes, día 21, a las 20 horas se celebrará solemne Eucaristía en nuestra
Iglesia Parroquial de San Miguel en sufragio por las almas de nuestros hermanos
difuntos, especialmente por los que este año han partido hacia el Padre.
Hemos recibido solicitud del Banco de Alimentos, solicitando voluntarios para
la GRAN RECOGIDA 2014 que se va a realizar los próximos días 28 y
29 del presente mes. Todos los hermanos que deseen colaborar pueden
ponerse en contacto con el Diputado de Caridad, D. Salvador Argudo, teléfono de
contacto 669148927.
Le recordamos que también se encuentra para su adquisición la LOTERIA DE
NAVIDAD con el número 13.563.
LA JUNTA DE GOBIERNO
Adjuntamos el Evangelio
Evangelio
Evangelio según San Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y
todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas
ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor
separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras
a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid
vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde
la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me
disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."
Entonces los justos le contestarán: "Señor,
¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?;
¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo
te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: “Os
aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos,
conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda:
"Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me
disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me
vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. "
Entonces también éstos contestarán: "Señor,
¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la
cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará:
"Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los
humildes, tampoco lo hicisteis conmigo."
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la
vida eterna.»
Comentario:
En esta
Solemnidad litúrgica el Evangelio nos presenta a Jesús como Juez del Universo,
para ello nos relata la venida de Jesús “en su gloria [… del] el Hijo del
hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y
serán reunidas ante él todas las naciones”, para llevar a cabo el Juicio final.
“Así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho
cabrío” (Ez 34,17), se nos ha dicho en la primera lectura.
Las palabras de
san Mateo que hoy consideramos se refieren a un juicio de Jesucristo como Rey
Todopoderoso. Se trata de un juicio a los hombres en el que se pondera la
conducta de cada uno, no tanto por la justicia, corrección o buen hacer,
respecto a la opinión de los demás o según unos criterios y parámetros
mayoritariamente aceptados. Por sorprendente de parezca, el propio Jesucristo
se siente directamente afectado, en primera persona, por la conducta humana. En
efecto, el objetivo material y más visible de nuestras acciones nunca es lo
preponderante. ¿Amo Dios mientras llevo a cabo esto o aquello?; ésta es la
cuestión: lo que amo a Dios mientras me ocupo de tantas cosas...: cuanto
hicisteis... a Mí me lo hicisteis. Dios, sin necesitar nada de sus criaturas,
ha querido, sin embargo, ser un Padre para el hombre y que filialmente le
tratemos.
He aquí su interés por nuestro mundo. Y nuestro interés para que Jesús sea
nuestro Rey.
El mal siervo,
veíamos el domingo pasado, no se aplicó y nada devolvió; no honró a su amo y
fue castigado. Glorificar a Dios es, por el contrario, dedicar las facultades
que Él me ha dado a conocerle, amarle y servirle, y de esta manera devolverle
todo mi ser». Este es el fin de nuestra vida: dar gloria a Dios ahora aquí en
la tierra con lo que tenemos encomendado, y luego en la eternidad con la
Virgen, los ángeles y los santos. Si tenemos esto presente, ¡qué buenos
administradores seremos de los dones que el Señor ha querido darnos para que
con ellos nos ganemos el Cielo!
«Nunca os pesará haberle
amado», solía repetir San Agustín. El Señor es buen pagador ya en esta vida
cuando somos fieles. ¡Qué será en el Cielo! Ahora nos toca extender ese reinado
de Cristo en la tierra, en medio de la sociedad en que nos movemos: en la
familia, en el trabajo, entre los vecinos, en los compañeros de Universidad o
de taller, entre los clientes, en los alumnos... Muy especialmente entre
aquellos que de alguna manera tenemos encomendados.
En estos días,
mientras esperamos la Solemnidad de Cristo Rey, nos podemos preparar repitiendo
algunas jaculatorias: Regnare Christum volumus!, ¡queremos que reine Cristo!, y
queremos en primer lugar que ese reinado sea una realidad en nuestra
inteligencia, en nuestra voluntad, en nuestro corazón, en todo nuestro ser.
Acudamos a la
Virgen Reina para que nos ayude a poner a Cristo Rey en la cumbre de todas
nuestras obras y, por lo tanto, de nuestra sociedad.
Comentarios: Rvdo. Sr. D. Manuel Gordillo Cañas, Pbro.
Párroco de la de San Roque de Sevilla