sábado, 22 de noviembre de 2014

Jesucristo Rey del Universo


 
Llegamos este domingo al último del tiempo ordinario. Es el domingo de CRISTO REY- CRISTO es REY del universo, aunque entonces y ahora haya quien opte por burlarse de él.

Este viernes, día 21, a las 20 horas se celebrará solemne Eucaristía en nuestra Iglesia Parroquial de San Miguel en sufragio por las almas de nuestros hermanos difuntos, especialmente por los que este año han partido hacia el Padre.

Hemos recibido solicitud del Banco de Alimentos, solicitando voluntarios para la GRAN RECOGIDA 2014  que se va a realizar los próximos días 28 y 29 del presente mes. Todos los hermanos que deseen  colaborar pueden ponerse en contacto con el Diputado de Caridad, D. Salvador Argudo, teléfono de contacto 669148927.

Le recordamos que también se encuentra para su adquisición la LOTERIA DE NAVIDAD con el número 13.563.
 

LA JUNTA DE GOBIERNO 


Adjuntamos el Evangelio

Evangelio

Evangelio según San Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones.

Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."

Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?» Y el rey les dirá: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."

Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. "

Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará:
"Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo."

Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

Comentario:

En esta Solemnidad litúrgica el Evangelio nos presenta a Jesús como Juez del Universo, para ello nos relata la venida de Jesús “en su gloria [… del] el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones”, para llevar a cabo el Juicio final. “Así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío” (Ez 34,17), se nos ha dicho en la primera lectura.

 Las palabras de san Mateo que hoy consideramos se refieren a un juicio de Jesucristo como Rey Todopoderoso. Se trata de un juicio a los hombres en el que se pondera la conducta de cada uno, no tanto por la justicia, corrección o buen hacer, respecto a la opinión de los demás o según unos criterios y parámetros mayoritariamente aceptados. Por sorprendente de parezca, el propio Jesucristo se siente directamente afectado, en primera persona, por la conducta humana. En efecto, el objetivo material y más visible de nuestras acciones nunca es lo preponderante. ¿Amo Dios mientras llevo a cabo esto o aquello?; ésta es la cuestión: lo que amo a Dios mientras me ocupo de tantas cosas...: cuanto hicisteis... a Mí me lo hicisteis. Dios, sin necesitar nada de sus criaturas, ha querido, sin embargo, ser un Padre para el hombre y que filialmente le tratemos.

He aquí su interés por nuestro mundo. Y nuestro interés para que Jesús sea nuestro Rey.

El mal siervo, veíamos el domingo pasado, no se aplicó y nada devolvió; no honró a su amo y fue castigado. Glorificar a Dios es, por el contrario, dedicar las facultades que Él me ha dado a conocerle, amarle y servirle, y de esta manera devolverle todo mi ser». Este es el fin de nuestra vida: dar gloria a Dios ahora aquí en la tierra con lo que tenemos encomendado, y luego en la eternidad con la Virgen, los ángeles y los santos. Si tenemos esto presente, ¡qué buenos administradores seremos de los dones que el Señor ha querido darnos para que con ellos nos ganemos el Cielo!

«Nunca os pesará haberle amado», solía repetir San Agustín. El Señor es buen pagador ya en esta vida cuando somos fieles. ¡Qué será en el Cielo! Ahora nos toca extender ese reinado de Cristo en la tierra, en medio de la sociedad en que nos movemos: en la familia, en el trabajo, entre los vecinos, en los compañeros de Universidad o de taller, entre los clientes, en los alumnos... Muy especialmente entre aquellos que de alguna manera tenemos encomendados.

En estos días, mientras esperamos la Solemnidad de Cristo Rey, nos podemos preparar repitiendo algunas jaculatorias: Regnare Christum volumus!, ¡queremos que reine Cristo!, y queremos en primer lugar que ese reinado sea una realidad en nuestra inteligencia, en nuestra voluntad, en nuestro corazón, en todo nuestro ser.

Acudamos a la Virgen Reina para que nos ayude a poner a Cristo Rey en la cumbre de todas nuestras obras y, por lo tanto, de nuestra sociedad.

Comentarios: Rvdo. Sr. D. Manuel Gordillo Cañas, Pbro. Párroco de la de San Roque de Sevilla

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