sábado, 29 de noviembre de 2014

Retiro de Adviento en el Sagrario de San Miguel




Este próximo domingo comienza el ADVIENTO, es tiempo en el que la comunidad es convocada a preparar la NAVIDAD, a crecer en la esperanza y a acoger la venida continuada de su Señor, Cristo Jesús.

El tiempo litúrgico se reduce a cuatro semanas pero en un sentido más amplio es cosa de cada año y de cada día.

En esta primera semana queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría.

El próximo día 4 de Diciembre, jueves de la primera semana nuestro Director Espiritual nos invita al Retiro de Preparación a este santo tiempo con el siguiente orden:
         A las 20,00 horas Santa Misa
         Exposición del Santísimo
         Oración-meditación sobre el adviento
         Oración por las vocaciones de especial consagración y Bendición con el Santísimo.

OS ESPERAMOS.

Adjuntamos el Evangelio del domingo

Evangelio

Evangelio según San Marcos 13, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -"Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: !Velad!"

Comentario

La vigilancia es connatural para el cristiano, y lo es en una doble dirección: hacia afuera y hacia adentro.

Sin esta vigilancia hacia adentro no será posible mantener la fidelidad a Jesús, porque otras llamadas, otros intereses personales y muchas veces egoístas, nos atacan para separarnos de él. Esa vigilancia es imprescindible para seguir a Dios; en la Iglesia se ha practicado siempre esta vigilancia. Unas veces se manifiesta en el examen de conciencia previo a la confesión sacramental, y este es más certero cuando se reservan unos minutos cada día para ver como se ha correspondido a la voluntad del Señor. A la vista de ese examen viene el propósito de rectificar en algo, así como el agradecimiento por lo que con la ayuda del Señor se ha llevado a cabo en la fidelidad a su querer. De esa vigilancia surge la limpieza de corazón, el deseo de ser fieles testigos de su amor.

La otra es la vigilancia de lo que nos viene de afuera, es decir, las manifestaciones del Señor. Esta vigilancia es la que propiamente se nos pide en el Adviento: recibir al Señor que viene, al que podremos descubrir la noche de la Navidad, como fruto de la fidelidad de la Virgen a la misión que el Señor le ha encomendado. Por eso el Señor nos avisa “no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos”, en la Noche santa de la Navidad. “Vino a los suyos y no lo recibieron”, es lo que recuerda San Juan en el inicio de su Evangelio sobre esa situación.

No queremos que nos suceda eso, por ello, con la Iglesia repetiremos: ¡Ven, Señor Jesús!, y dispondremos nuestra alma para recibirle en la oración, en la purificación y en los sacramentos.

En concreto, San Pablo, en la segunda lectura de la misa de hoy nos llena de seguridad en este empeño: el mismo Señor “os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de que acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro.- Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel! (1 Co 1, 8-9)

Este tiempo es por eso un tiempo de esperanza, de seguridad en la acción de Dios en nosotros. No es una lucha sin horizonte, sin perspectiva, lo que se vislumbra es un formidable encuentro con Jesús que se nos da, que se entrega para llenar nuestra vida.

Es este tiempo de Adviento un tiempo para vivirlo con el amor y la ilusión de María que lleva en su seno al que dentro de unas semanas veremos nacer en Belén.

Comentarios: Rvdo. Sr. D. Manuel Gordillo Cañas, Pbro. Párroco de la de San Roque de Sevilla

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